A Life in Letters – F. Scott Fitzgerald, ed. M.J. Bruccoli

«A Life in Letters – F. Scott Fitzgerald»

A New Collection Edited and Annoted by
Mathew J. Brucoli

Charles Scribner’s Sons, New York 1994, 503 pp.

Generalmente me lamento de que los libros no estén traducidos al castellano, pero generalmente ni siquiera esa ventaja para el lector hispano es de gran ayuda. Tengo este libro traducido (no de una forma completa), y podría ser válido, si no fuera por un ejemplo que contaré y que es solo la punta del iceberg,

Es evidente para cualquier estudioso de F. Scott Fitzgerald (aunque todavía no lo he oído mencionar) que el escritor de Minnesota era disléxico (ya le dedicaré una entrada al tema). Hay abundantes muestras de ello, pero ahora me centraré solo en un detalle.

Hay una carta muy significativa (porque es la única que hay en la recopilación) que Scott le escribe a su madre en junio de 1930. Podemos leer en español

» A Mollie McQueen Fitzgerald «

yo pensaba que la dislexia o disgrafía de Scott era realmente grave si no sabe ni escribir cómo se apellida su madre

Mollie McQuillan Fitzgerald

pero no era un error de Scott, sino de la traducción española. Me parece imperdonable. No puedo ni imaginar cuántos más errores pueden encontrarse.

En definitiva: si te gusta un autor debes de leerlo en su idioma.

carta a Hemingway (16 julio 1936)

Si hay una carta que pone de manifiesto las características de la desigual relación de amistad entre Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway es ésta que reproduzco. Ya que Scott nunca lo criticó o habló mal de Ernest en sus diferentes escritos. Las circunstancias fueron las que siguen:

Hemingway acababa de publicar en la revista Esquire (1) la historia corta «Las nieves del Kilimanjaro» (The Snows of Kilimanjaro, 1936) en ella reproduce un recuerdo que tiene de Scott

«Recordaba al pobre Scott, que sentía un respetuoso temor por (los ricos), y que una vez empezó a contar un cuento que decía «Los ricos son gente muy distinta. No se parecen ni a usted ni a mí». Y alguién le había dicho. «Claro. Tienen más dinero».

Scott se sintió dolido y le escribió la carta que sigue. Ernest cuando insertó el relato en una recopilación en forma de libro cambio el nombre de Scott por el de «Julian».


carta de Scott Fitzgerald a Ernest Hemingway

Asheville, Carolina del Norte
16 de julio de 1936

Querido Ernest:
Te ruego que no te metas conmigo en letra impresa. Si yo elijo escribir de profundis, ello no significa que quiera que mis amigos recen en voz alta sobre mi cadáver. Sin duda lo dices amablemente, pero me costó una noche en vela. Cuando incluyas el cuento en un libro, ¿te importaría quitar mi nombre?
Es un cuento excelente (Las nieves del Kilimanjaro) —de los mejores que has escrito—, aunque lo de pobre Scott Fitzgerald me la echó a perder.

Siempre tu amigo,
Scott

La riqueza nunca me ha fascinado, salvo cuando se combina con la grandiosidad del encanto o  distinción.

***

Dear Ernest:
   Please lay off me in print. If I choose to write «de profundis» sometimes it doesn’t mean I want friends pray aloud over my corpse. No doubt you mean it kindly but it cost me a night’s sleep. And when you incorporate it (the story) in a book would you mind cutting my name ?
   It is a fine story —one of your best— even though the «Poor Scott Fitzgerald ect» rather spoiled it for me.

Ever Your Friend
Scott

Riches have never fascinated me, unless combined with the gratest charm or distintion.


(1) A veces cuesta seguir el hilo de los sucesos. El relato apareció en Esquire en agosto de 1936, mientras que carta era de julio. ¿Ello supone que Esquire envió a Scott una copia para su aprobación? No sé cómo quedó al final la edición en el magazine por Esquire porque no facilitan su lectura.

Entrevista para el New York Post, 25 sept. 1936

En Septiembre de 1936, Michel Mok entrevistó a F. Scott Fitzgerald y su contenido apareció en el diario estadounidense «New York Post»

Es una entrevista muy interesante (que puede leerse reproducida por el diario «The Guardian»), que resulta esclarecedora por muchos motivos: primero porque es una persona desde fuera que retrata lo que ve en Scott; como se mueve, lo que hace, etc. y también por el contenido.  Así como muchas acotaciones sobre temas diversos.

Es evidente que por las fechas encuentra al autor en mal estado físico. Cuidado por una enfermera particular en un hotel. Más raro es que esté convaleciente, aparte de por todo lo suyo, de una fractura de hombro al haberse  por  tirado desde un trampolín de piscina de casi cinco metros.

Yo creo que lo más interesante es lo que cuenta de su padre, que ya he reproducido en «infancia«:

«Una serie de cosas le sucedieron a papá», dijo, con un brillo simulado. «Entonces papá se deprimió y comenzó a beber un poco».
_No quiso explicar qué «cosas» eran (periodista)
«Un golpe tras otro», dijo, «y finalmente algo se rompió».
____»Cuando era un niño de nueve años, mi padre transportaba espías a través del río. Cuando tenía 12 años sintió que la vida había terminado para él. Tan pronto como pudo, se fue al oeste, lo más lejos posible de las escenas de la guerra civil. Comenzó una fábrica de muebles de mimbre en St. Paul. Un pánico financiero en los años 90 lo golpeó y fracasó.
‘Regresamos al este y mi padre consiguió un trabajo como vendedor de jabón en Buffalo. Trabajó en esto durante algunos años. Una tarde, tenía 10 u 11 años, sonó el teléfono y mi madre contestó. No entendí lo que dijo pero sentí que el desastre nos había llegado. Mi madre, un poco antes, me había dado un cuarto para ir a nadar. Le devolví el dinero. Sabía que algo terrible había sucedido y pensé que no podía ahorrar el dinero ahora.
«Entonces comencé a rezar. ‘Querido Dios’, recé, ‘por favor, no nos dejes ir al hospicio (poorhouse); por favor, no nos dejes ir a la hospicio’. Poco tiempo después, mi padre llegó a casa. Tenía razón. Había perdido su trabajo.
«Esa mañana había salido como un hombre relativamente joven, un hombre lleno de fuerza, lleno de confianza. Volvió a casa esa noche, un hombre viejo, un hombre completamente quebrado. Había perdido su impulso esencial, su impecable propósito. Fue un fracaso el resto de sus días «.
«Oh», dijo, «recuerdo algo más. Recuerdo que cuando mi padre llegó a casa, mi madre me dijo:» Scott, dile algo a tu padre «. No sabía qué decir. Me acerqué a él y le pregunté: «Padre, ¿quién crees que será el próximo presidente?» Miró por la ventana. No movió un músculo. Luego dijo: «Creo que Taft lo hará».
«Mi padre perdió el control y yo perdí el control. Pero ahora estoy tratando de recuperarme. 

Actualmente este diario está considerado un tabloide desde que lo compró Rupert Murdoch. No era así en su trayectoria anterior desde su fundación en 1801.