Frances Scott «Scottie» Fitzgerald, la hija de F.Scott Fitzgerald

Por alguna extraña razón siempre recuerdo unas palabras de una de la hijas de Dashiell Hammett (1894-1961), Josephine Hammett (1926) que figuran en la biografía que escribió sobre su padre Dashiell Hammett” (2001) como Jo Hammett, Ed. Circe, 2002, 204 pp.

En esa biografía confesaba que cuando era pequeña veía en las revistas ilustradas fotografías del matrimonio Fitzgerald y que sentía una gran envidia por la pequeña Scottie y deseaba que su vida fuera como la de ellos y no como la suya. Por supuesto desconocía que la vida de la pobre Scottie era muy complicada.

*

El matrimonio Fitzgerald: Scott y Zelda solo tuvo una hija:

Frances Scott «Scottie» Fitzgerald (1921-1986)
= Frances Scott Fitzgerald Smith

nació el 21 de octubre de 1921 en la localidad natal de su padre Saint Paul, Minnesota, USA. Donde sus padres estuvieron esperando el acontecimiento. Y falleció 69 años después, el 18 de junio de 1986. Entretanto pasaron bastantes cosas.

Zelda, su madre, tenía en el momento del parto 21 años y su padre 25. Dieciocho meses después de la boda. Se alegraron, aunque no esperaban tener niños tan pronto… aquello interrumpía un montón de fiestas en la sofisticada Nueva York y alrededores.

A pesar de que suponía un contratiempo lo asumieron con alegría. Era como si hubieran recibido un regalo. Pero también parecían tan infantiles que en lugar de una niña, parecía que les hubiera tocado una muñeca en una feria.

Como no vivían en ningún lugar fijo y tampoco querían dejar a la niña con sus familiares se la llevaron consigo a todas partes, gracias a la ayuda una niñera (diversas niñeras a través del tiempo) a jornada completa.

Les salió una niña simpática y agradable, que posaba bien en las fotos y daba pocos problemas. A medida que creía tuvo que irse acostumbrando a una madre errática y a un padre popular, pero ambos borrachos frecuentemente. Un ir de aquí para allí por el mundo y ser atendida por niñeras o institutrices.

Otras personas por mucho menos entran en desequilibrios emocionales irrreversibles. Scottie pasó por algún momento de rebeldía en su juventud, pero enseguida se encarriló de forma positiva. Estudió en los mejores colegios que su padre pudo pagar con mucho esfuerzo, incluso pidiendo dinero prestado. Mantuvo una constante correspondencia con él, en la que podía constatar los esfuerzos que hacía por hacer lo mejor para ella y manifestándole su cariño de forma constante.

Con la madre el trato fue menor. Pero cuando estaba juntas Zelda jugaba mucho con ella y se tomaba enormes molestias haciendo juguetes e inventado elaborados juegos. Parecía más su hermana que su madre.

Scottie se adaptó a todo de la mejor manera posible, con cantidad de historias que demuestran su mejor carácter en situaciones muy complicadas. Acabó sus estudios, no en Princeton donde su padre quería que estudiara, porque no la admitieron aunque Scott escribiera a todo el mundo y pidiera todos los favores posibles. Se convirtió en escritora (comedias musicales y otros) y periodista (para The Washington Post , The New Yorker, entre otros). Fue un miembro destacado y colaboró activamente para el partido Demócrata desde el Estado de origen de su madre: Alabama

Se casó en dos ocasiones:

1a) Jack Lanahan (Samuel Jackson) (1918-1998) un importante abogado de Washington, donde residieron bastante tiempo. Tuvieron cuatro hijos:

  1. Thomas Addison Lanahan (*) (Tim – Timothy) (1946-73)
  2. Eleanor Ann Lanahan (**) (1948)
  3. Samuel Jackson Lanahan, Jr  (1950)
  4. Cecilia Scott Lanahan  (1951)

(*)___Thomas, conocido como «Tim», murió por suicidio a los 27 años
(**)___Eleanor «Bobbie» Lanahan, artista y escritora, escribió una biografía de su madre, Scottie, La hija de … La vida de Frances Scott Fitzgerald Lanahan Smith (1995)

En 1967 después de 24 años se divorciaron (se casaron en 1943)

2a) Grove Smith  (de quien adoptó el nombre) de 1967 a 1979 después de 12 años de casados

Frances Scott Fitzgerald Smith

 

Scottie nunca quiso sacar provecho de «ser hija de». Confió toda la documentación de sus padres a Princeton y simplemente ayudó a algún biógrafo o escribió algún prólogo. Se retiró a Montgomery donde todavía vivía su abuela y colaboró en numerosas causas sociales y demócratas en su Condado. Murió de cáncer de garganta. Había sido una gran fumadora. Les dijo a sus tres hijos supervivientes que le hubiera gustado dejar de fumar. Está enterrada junto a sus padres en Rockville, Maryland.

Hemingway contra Fitzgerald (1999), Scott Donaldson

“Hemingway contra Fitzgerald – Auge y caída de una amistad literaria”

( Hemingway vs. Fitzgerald. The Rise ans Fall of a Literary Friendship )

Scott Donaldson

(The Overlook Press, peter Mayer Publishers Inc., Woodstock, NY 1999

trad. Ed. Siglo XXI, 2002, 456 pp.

Scott Donaldson (Minneapolis, 1928-) es un especialista de los escritores F. Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway entre otros. Ya he comentado la biografía específica para Scott de:

1983 – Fool for Love, F. Scott Fitzgeraldtrad. al castellano Ansia de amor”–La vida de F. Scott Fitzgerald– Ed. Montesinos 1987, 291 pp.

que no me gustó demasiado, por ser demasiado insistente en temas amorosos indemostrables y por la falta de índices y referencias. Bien, pues este libro es lo contrario. Parece que me encuentre ante otro autor. No sé si se debe a la traducción o que en este caso sí que se encuentran las pertinentes referencias e índices. Claramente un estudio de gran valor y utilidad.

Es notoriamente conocida la amistad y enemistad entre los escritores Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) y Ernest Hemingway (1899-1961). Cuyas vidas transcurrieron en vías paralelas de complicadas bifurcaciones. El libro lo explica todo ampliamente, pero para resumir:

Los dos eran chicos del Medio Oeste. Francis tres años mayor. El uno y el otro tuvieron infancias que quisieron olvidar, con madres dominantes y padres pusilánimes. Ambos sublimaron la primera guerra mundial, aunque Scott no llegó a embarcar y Ernest fue conductor de ambulancias en Italia, donde fue herido de gravedad. Los dos querían ser escritores. Los dos se fueron a París.

La diferencia sustancial consistió en que cuando se conocieron en París en 1925, Scott era un escritor triunfador, reconocido y admirado. Mientras que Hemingway estaba empezando a publicar. Scott enseguida quiso convertirse en su mecenas, porque ya sabía cómo escribía y creía en él. Se pasó varios años promocionando a Hemingway ante su editor y editorial y ante todos sus conocidos. No era algo que hubiera hecho solo por Ernest, también había promocionado a otros escritores noveles, porque le gustaba hacerlo y era el tipo relación que cultivaba con su editor Max Perkins.

Hemingway que era competitivo de forma enfermiza aceptó esa amistad con resignación, porque no le gustaba Scott, que venía a ser todo lo que él quería ser, pero que no quería ser. Pero era imposible negar que le estaba haciendo toda clase de favores, incluso el prestarle dinero. A pesar de que Hemingway después y con los años solo recordara los episodios desagradables que se fueron produciendo por culpa de las borracheras de Scott, lo cierto es, según Donaldson que esos primeros tiempos de amistad fueron muy agradables para los dos y se lo pasaron muy bien juntos.

Hay que decir en favor de Scott que nunca habló mal de Hemingway y siempre lo consideró uno de los mejores escritores de su generación. Lo dijo de palabra y por escrito. Siempre. En cambio, Hemingway que sinceramente admiraba la mayor parte de la obra de Scott (y le metió en la cabeza que solo las novelas tenían valor) e incluso sentía estima o lástima por su persona y atribuía todos sus males a su esposa Zelda, no perdió la oportunidad de meterse de todas las formas posibles con su amigo.

La fama de Scott bajaba, la de Hemingway subía. Pero Ernest no se sentía seguro, temía que su próxima novela no estuviera a la altura de lo esperado, siempre al borde del abismo. Scott iba cayendo en el olvido y aún así Ernest se metía con él. Ni siquiera muerto lo dejó en paz, siguió su lenta labor de desprestigio personal, que aumentó cuando sorpresivamente Scott Fitzgerald lentamente empezó reconquistar a un nuevo público (con el esfuerzo de su editor Max Perkins, fallecido en 1947) y a ocupar un lugar en la palestra de insignes escritores estadounidense, ya no como testimonio de su generación, sino como literato.

Donaldson dedica un apartado extenso al terrible problema del alcoholismo en los dos escritores. Alcoholismo de tipo diferente, casi de tipo contrario.  Así como a la extraña y destructiva compulsión alcohólica de los escritores estadounidenses, sobre la que se puede encontrar diferentes y minuciosos estudios psicológicos por médicos especialistas.

No estoy de acuerdo con Donaldson cuando atribuye a una enfermedad mental hereditaria que varios miembros de la familia de Hemingway se suicidaran. Es cierto que todos eran depresivos. El padre de Ernest se suicidó tras una depresión. Tamién se suicidaron en propio Ernest, un hermano y una nieta. Yo creo que estos suicidios lo son por imitación. El suicidio del padre crea un trauma irreparable en la familia y la compulsión a querer y temer a hacer lo mismo. Es por imitación, lo que también puede llamarse «El efecto Werther» (por la novela de Goette-para suicidios masivos por imitación de un personaje).

Tampoco menciona Donaldson que entre todos los motivos que tenía Ernest a sus sesenta años para suicidarse, y eran muchos, estaba el ser impotente sexual. Algo de vital importancia para el autor: su virilidad. Dadas sus muchas patologías en ese momento: hipertensión grave, alcoholismo, etc. es imposible que no sufriera de disfunción eréctil absoluta y a la Viagra le faltaban muchos años por inventarse.

En conclusión. En la amistad Fitzgerald vs Hemingway el que queda peor parado es Hemingway. Fitzgerald mantiene su amistad todo el tiempo. Es leal y generoso. Mientras que Hemingway actúa como un envidioso sin remedio. Nunca es generoso. Pero todo ello no debe hacernos olvidar que ambos son portentos de la literatura universal.

el profesor Scott Donaldson

El libro se acompaña positivamente de:
-fuentes
-bibliografía
-índice analítico

_así como de un cuadernillo interior con algunas fotografías en papel couché

 

Ginevra King (the golden girl) y Scott Fitzgerald

(fotos de arriba: Ginevra King a través del tiempo. A mí no me parece tan guapa. Es mucho más atractiva Zelda)


Puede ser decepcionante saber que la verdadera «golden girl» (chica dorada) de F. Scott Fitzgerald no fuera Zelda, sino Ginevra King. Zelda fue un plato de segunda mesa.

Ginevra King
1898 – Chicago, Cook County, Illinois, USA
1980 – (82a) – Lake ForestLake CountyIllinoisUSA

Scott oyó hablar de Ginevra por primera vez a sus catorce años, pero tardó varios años en conocerla. Llamarse como la esposa del Rey Arturo de La Tabla redonda y apellidarse King=Rey ya tenía una sonoridad de lo más sugerente para una mente tan romántica como la del futuro escritor.

Ginevra procedía de las mejores familias de Chicago. Su padre era un banquero acaudalado que podía mantener una cuadra de caballos de polo. Vivían o pasaban temporadas en la exclusiva zona residencial de Chicago, Lake Forrest, donde eran miembros del, todavía más, exclusivo club Onwentsia. Estaba considerada uno de los mejores partidos de la zona. Se la incluyó en lo que luego se llamó «las cuatro grandes» : las mujeres más solicitadas y bellas de la zona, cuyo recuerdo perduró en el tiempo. Dicen que además era simpática, alegre y divertida.

Ginevra tenía una amiga escolar, Marie Hersey que vivía en Sain Paul y había sido una conquista de Scott. Marie invitó a Ginevra a su casa en la Navidad de 1914-1915 y sentía curiosidad por ver la reacción de Scott y su amiga. Se conocieron el 4 de enero de 1915 en una cena con baile en el Twon and Country Club (que eran el tipo de lugares donde la gente bien socializaba). Scott tenía dieciocho años y Ginevra dieciséis. Ella estaba algo contrariada porque se estaba perdiendo la temporada de Chicago. Scott es uno más entre los muchachos que la rodean para bailar (era de buen tono que una chica bailara con todos). Scott se siente inmediatamente atraído (ya lo estaba sin conocerla), quizá por lo que sabe que representa.

Scott usó este flechazo y lo ilustró con amplitud en su primera novela «A este lado del paraíso«, por lo que las relaciones entre el protagonista Amory Blaine e Isabelle se asumen como modelo. Aunque la realidad fuera menos intensa. Genevra flirtea con Scott y mantienen el contacto durante cierto tiempo.

Después de un mes de conocerse, él la visita desde su universidad, Princeton al exclusivo colegio de ella, Westover.  Lo hace en varias ocasiones. Aunque la institución es muy estricta con la moral de sus chicas, así que todo debe de ser muy casto. Él le escribe apasionadas y larguísimas cartas de amor.

En junio de 1915 la llevó a ver una obra de teatro en Nueva York. Luego fueron a bailar al Hotel Ritz. Volvió a verla en verano en Lake Forrest y empezó a darse cuenta del abismo que los separaba. Las cartas mantenían la ilusión de la relación. En octubre cenaron juntos. Mientras, Ginevra había sido expulsada de su colegio por comportamiento inapropiado: habló con un chico desde una ventana.

Scott ya no la vio hasta el verano de 1916 en Lake Forrest donde había sido invitado. Supongo que la chica se sentía halagada por tanta atención, pero Scott era uno más, entre muchísimos más y no tenía ninguna posibilidad. Viajar de Saint Paul a Lake Forrest en tren era ya como un descrédito total. Incluso un chico con coche necesitaba de muchísimas más prebendas.

Scott salió de allí completamente hundido. Su mundo de fantasía y confetis no lo llevaba a ninguna parte. Ginevra nunca podría ser suya. Como decía el padre de ella (u otra persona cercana) —Los chicos pobres no se casan con las chicas ricas (Poor boys shouldn’t think to marrying rich girls). Aunque lo más importante es que la chica tampoco estaba enamorada de él, pero para Scott ese detalle era secundario: si hubiera estado a su altura económica y social hubiera triunfado.

Esta especie de desengaño amoroso y social se convirtió en la piedra angula de todo el edificio narrativo de Scott, que iría cambiando y trasladando escenarios y personas a partir del mismo hecho.

Ginevra sería la Isabelle y Rosalind de «A este lado del paraíso«, la Daisy de «El Gran Gatsby«, la Judy de «Winter Dreams» y muchas otras.

Ginevra se casó más tarde, en 1918, con alguien conveniente. William Hamilton Mitchell, Sr (1895-1987) con el que tuvo dos niños y una niña. Se divorció en 1936, y 1937* conoció a John T Pirie, Jr (1903-1980) un señor del mismo nivel, que estaba previamente casado y con el contrajo matrimonio en 1942. (*según cuentan las crónicas de sociedad de Chicago fue un encuentro muy romántico en una cacería de zorros en el que John se cayó y ella lo auxilió… hasta la muerte)

Se la describe como una «socialite» que es una palabra sin traducción al español que significa: famosa o celebridad, pero con el matiz de por sus relaciones sociales. Se la consideró una persona muy equilibrada, exquisita, muy reconocida en su medio social, anfitriona excelente, y participativa de toda clase de obras sociales de interés para la comunidad.

No perdió completamente el contacto con Scott Fizgerald. Si bien las cartas que él le escribió las quemó todas, así como las cartas de ella que Scott había hecho encuadernar expresamente como regalo.

Ginevra no pareció impresionada por ninguno de los logros de Fitzgerald al que no dedicó ninguna atención posterior. Sin embargo, en octubre 1937 y coincidiendo que Scott estaba en Hollywood, ella le escribió y le anunció que pasaría a verle. Él estaba tan emocionado que incluso se lo escribió a su hija por carta. El encuentro consistió en un almuerzo en Santa Bárbara en el que Scott empezó muy bien y luego bebió en exceso, por lo que a ella le quedo un recuerdo nefasto.

Hay que tener en cuenta que en 1937 Ginevra estaba divorciada y libre ¿?. ¿Tiene eso alguna importancia? ¿Era más glamuroso ver a Scott en Hollywood que en cualquier otra situación anterior?

En 1974 concedió una entrevista en la que el escritor no queda muy bien parado. Fue un chico más. Nada especial. Ni siquiera recordaba haberlo besado. Nunca había lamentado no haber tenido una relación más significativa. También hemos de recordar que en ese momento estaba bien casada y no creo que quisiera molestar a su actual marido con recuerdos de amoríos juveniles. De hecho, siempre estamos condenados a no saber qué es verdad de casi nada o de nada en absoluto, ni siquiera sus protagonistas.


Prescindiendo de lo que contaran cada uno y las conclusiones que podamos extraer, para mí es evidente que:

  • Scott se sentía atraído por ella antes de conocerla por su sugerente nombre, lo que le habían contado y su posición social. La tenía mitificada.
  • Que Ginevra tenía curiosidad por conocer al chico con especiales dotes para el galanteo del que le hablaba su amiga.
  • Que se conocieron y él confirmó sus expectativas, pero que ella no quedó entusiasmada, ni deslumbrada, pero tampoco decepcionada.
  • Que de ninguna manera fue completamente indiferente a las atenciones de Scott, porque si bien tenía muchos pretendientes, NINGUNO LE ESCRIBÍA COMO SCOTT: innumerables cartas inflamadas de romanticismo y halagos. Ginevra se sentía halagada y no desalentó al Scott para que la dejara en paz y la olvidara.
  • Que en algún momento tuvo la debilidad de considerar elegir a Scott. Pero cuando lo mencionó tímidamente alguien le respondió de que si estaba loca y aquello de … los chicos pobres (sino ¿a qué venía el comentario?)
  • Es raro que a una chica de tantas influencias la echen de su colegio por una falta tan aparentemente leve, ya sería por algo más grave con otro chico que no fuera Scott (ya que con él casi todo fue platónico, o ¿hasta qué punto llegaron?).
  • Se impusieron las conveniencias y ella se lo quitó de la cabeza, eligiendo un buen partido, una buena boda, con el socio de su padre que sería su primer marido.
  • Todo perfecto, pero a los veinte años se divorcian ¿?
  • En 1937 ella está de nuevo soltera. ¿Para que se encuentra con Scott en Hollywood? Para sopesar las posibilidades. Quizá después de la sensatez le apetezca el glamour. Pero Scott no es ya nada de eso. Es desesperadamente patético. Opción de nuevo descartada.
  • ¿De verdad Scott no se pudo mantener sobrio durante dos horas? ¿No quiso de forma inconsciente arruinar el encuentro para que siguiera siendo un mito?
  • Ese mismo año 1937 (¿antes o después del encuentro con Scott? -octubre Scott/temporada del zorro en otoño, casi mismas fechas ), Ginevra vuelve a encontrar a un hombre de su conveniencia con el que acaba casándose.
  • En 1974 con su marido vivo le hacen una entrevista ¿qué quieren que conteste? Pues lo que dijo. No podía contar otra cosa. Y todo ello suponiendo que fuera consciente de todo lo que había vivido. Ginevra había sentido «algo» por Scott, pero prefería olvidarlo.
  • Si Scott se hubiera podido casar con Ginevra hubiera repetido un poco el caso de Gerald y Sara Murphy: ella rica y él de clase media con ansias artísticas. Gerald se lo pasó muy bien, pero como pintor no llegó a nada (porque los ricos -que no renuncian a su riqueza- nunca son buenos artistas, les falta verdadera motivación) y acabó trabajando en un despacho.
  • Si Scott hubiera conseguido a Ginevra no hubiera sido escritor. Habría acabado trabajando en el banco de su suegro y hubiera sido un destino más miserable.
  • Y es que las estrellas son y deben ser inalcanzables para sigamos soñando.

Fuentes:
Donaldson, Scott «Hemingway contra Fitzgerald» (1999) y «Ansia de amor» (1983)
__así como de otras variadas procedencias (por ejemplo: la historia del segundo marido de Ginevra puede leerse aquí:
https://www.classicchicagomagazine.com/the-other-pirie-heirs/