Ginevra King (the golden girl) y Scott Fitzgerald

(fotos de arriba: Ginevra King a través del tiempo. A mí no me parece tan guapa. Es mucho más atractiva Zelda)


Puede ser decepcionante saber que la verdadera «golden girl» (chica dorada) de F. Scott Fitzgerald no fuera Zelda, sino Ginevra King. Zelda fue un plato de segunda mesa.

Ginevra King
1898 – Chicago, Cook County, Illinois, USA
1980 – (82a) – Lake ForestLake CountyIllinoisUSA

Scott oyó hablar de Ginevra por primera vez a sus catorce años, pero tardó varios años en conocerla. Llamarse como la esposa del Rey Arturo de La Tabla redonda y apellidarse King=Rey ya tenía una sonoridad de lo más sugerente para una mente tan romántica como la del futuro escritor.

Ginevra procedía de las mejores familias de Chicago. Su padre era un banquero acaudalado que podía mantener una cuadra de caballos de polo. Vivían o pasaban temporadas en la exclusiva zona residencial de Chicago, Lake Forrest, donde eran miembros del, todavía más, exclusivo club Onwentsia. Estaba considerada uno de los mejores partidos de la zona. Se la incluyó en lo que luego se llamó «las cuatro grandes» : las mujeres más solicitadas y bellas de la zona, cuyo recuerdo perduró en el tiempo. Dicen que además era simpática, alegre y divertida.

Ginevra tenía una amiga escolar, Marie Hersey que vivía en Sain Paul y había sido una conquista de Scott. Marie invitó a Ginevra a su casa en la Navidad de 1914-1915 y sentía curiosidad por ver la reacción de Scott y su amiga. Se conocieron el 4 de enero de 1915 en una cena con baile en el Twon and Country Club (que eran el tipo de lugares donde la gente bien socializaba). Scott tenía dieciocho años y Ginevra dieciséis. Ella estaba algo contrariada porque se estaba perdiendo la temporada de Chicago. Scott es uno más entre los muchachos que la rodean para bailar (era de buen tono que una chica bailara con todos). Scott se siente inmediatamente atraído (ya lo estaba sin conocerla), quizá por lo que sabe que representa.

Scott usó este flechazo y lo ilustró con amplitud en su primera novela «A este lado del paraíso«, por lo que las relaciones entre el protagonista Amory Blaine e Isabelle se asumen como modelo. Aunque la realidad fuera menos intensa. Genevra flirtea con Scott y mantienen el contacto durante cierto tiempo.

Después de un mes de conocerse, él la visita desde su universidad, Princeton al exclusivo colegio de ella, Westover.  Lo hace en varias ocasiones. Aunque la institución es muy estricta con la moral de sus chicas, así que todo debe de ser muy casto. Él le escribe apasionadas y larguísimas cartas de amor.

En junio de 1915 la llevó a ver una obra de teatro en Nueva York. Luego fueron a bailar al Hotel Ritz. Volvió a verla en verano en Lake Forrest y empezó a darse cuenta del abismo que los separaba. Las cartas mantenían la ilusión de la relación. En octubre cenaron juntos. Mientras, Ginevra había sido expulsada de su colegio por comportamiento inapropiado: habló con un chico desde una ventana.

Scott ya no la vio hasta el verano de 1916 en Lake Forrest donde había sido invitado. Supongo que la chica se sentía halagada por tanta atención, pero Scott era uno más, entre muchísimos más y no tenía ninguna posibilidad. Viajar de Saint Paul a Lake Forrest en tren era ya como un descrédito total. Incluso un chico con coche necesitaba de muchísimas más prebendas.

Scott salió de allí completamente hundido. Su mundo de fantasía y confetis no lo llevaba a ninguna parte. Ginevra nunca podría ser suya. Como decía el padre de ella (u otra persona cercana) —Los chicos pobres no se casan con las chicas ricas (Poor boys shouldn’t think to marrying rich girls). Aunque lo más importante es que la chica tampoco estaba enamorada de él, pero para Scott ese detalle era secundario: si hubiera estado a su altura económica y social hubiera triunfado.

Esta especie de desengaño amoroso y social se convirtió en la piedra angula de todo el edificio narrativo de Scott, que iría cambiando y trasladando escenarios y personas a partir del mismo hecho.

Ginevra sería la Isabelle y Rosalind de «A este lado del paraíso«, la Daisy de «El Gran Gatsby«, la Judy de «Winter Dreams» y muchas otras.

Ginevra se casó más tarde, en 1918, con alguien conveniente. William Hamilton Mitchell, Sr (1895-1987) con el que tuvo dos niños y una niña. Se divorció en 1936, y 1937* conoció a John T Pirie, Jr (1903-1980) un señor del mismo nivel, que estaba previamente casado y con el contrajo matrimonio en 1942. (*según cuentan las crónicas de sociedad de Chicago fue un encuentro muy romántico en una cacería de zorros en el que John se cayó y ella lo auxilió… hasta la muerte)

Se la describe como una «socialite» que es una palabra sin traducción al español que significa: famosa o celebridad, pero con el matiz de por sus relaciones sociales. Se la consideró una persona muy equilibrada, exquisita, muy reconocida en su medio social, anfitriona excelente, y participativa de toda clase de obras sociales de interés para la comunidad.

No perdió completamente el contacto con Scott Fizgerald. Si bien las cartas que él le escribió las quemó todas, así como las cartas de ella que Scott había hecho encuadernar expresamente como regalo.

Ginevra no pareció impresionada por ninguno de los logros de Fitzgerald al que no dedicó ninguna atención posterior. Sin embargo, en octubre 1937 y coincidiendo que Scott estaba en Hollywood, ella le escribió y le anunció que pasaría a verle. Él estaba tan emocionado que incluso se lo escribió a su hija por carta. El encuentro consistió en un almuerzo en Santa Bárbara en el que Scott empezó muy bien y luego bebió en exceso, por lo que a ella le quedo un recuerdo nefasto.

Hay que tener en cuenta que en 1937 Ginevra estaba divorciada y libre ¿?. ¿Tiene eso alguna importancia? ¿Era más glamuroso ver a Scott en Hollywood que en cualquier otra situación anterior?

En 1974 concedió una entrevista en la que el escritor no queda muy bien parado. Fue un chico más. Nada especial. Ni siquiera recordaba haberlo besado. Nunca había lamentado no haber tenido una relación más significativa. También hemos de recordar que en ese momento estaba bien casada y no creo que quisiera molestar a su actual marido con recuerdos de amoríos juveniles. De hecho, siempre estamos condenados a no saber qué es verdad de casi nada o de nada en absoluto, ni siquiera sus protagonistas.


Prescindiendo de lo que contaran cada uno y las conclusiones que podamos extraer, para mí es evidente que:

  • Scott se sentía atraído por ella antes de conocerla por su sugerente nombre, lo que le habían contado y su posición social. La tenía mitificada.
  • Que Ginevra tenía curiosidad por conocer al chico con especiales dotes para el galanteo del que le hablaba su amiga.
  • Que se conocieron y él confirmó sus expectativas, pero que ella no quedó entusiasmada, ni deslumbrada, pero tampoco decepcionada.
  • Que de ninguna manera fue completamente indiferente a las atenciones de Scott, porque si bien tenía muchos pretendientes, NINGUNO LE ESCRIBÍA COMO SCOTT: innumerables cartas inflamadas de romanticismo y halagos. Ginevra se sentía halagada y no desalentó al Scott para que la dejara en paz y la olvidara.
  • Que en algún momento tuvo la debilidad de considerar elegir a Scott. Pero cuando lo mencionó tímidamente alguien le respondió de que si estaba loca y aquello de … los chicos pobres (sino ¿a qué venía el comentario?)
  • Es raro que a una chica de tantas influencias la echen de su colegio por una falta tan aparentemente leve, ya sería por algo más grave con otro chico que no fuera Scott (ya que con él casi todo fue platónico, o ¿hasta qué punto llegaron?).
  • Se impusieron las conveniencias y ella se lo quitó de la cabeza, eligiendo un buen partido, una buena boda, con el socio de su padre que sería su primer marido.
  • Todo perfecto, pero a los veinte años se divorcian ¿?
  • En 1937 ella está de nuevo soltera. ¿Para que se encuentra con Scott en Hollywood? Para sopesar las posibilidades. Quizá después de la sensatez le apetezca el glamour. Pero Scott no es ya nada de eso. Es desesperadamente patético. Opción de nuevo descartada.
  • ¿De verdad Scott no se pudo mantener sobrio durante dos horas? ¿No quiso de forma inconsciente arruinar el encuentro para que siguiera siendo un mito?
  • Ese mismo año 1937 (¿antes o después del encuentro con Scott? -octubre Scott/temporada del zorro en otoño, casi mismas fechas ), Ginevra vuelve a encontrar a un hombre de su conveniencia con el que acaba casándose.
  • En 1974 con su marido vivo le hacen una entrevista ¿qué quieren que conteste? Pues lo que dijo. No podía contar otra cosa. Y todo ello suponiendo que fuera consciente de todo lo que había vivido. Ginevra había sentido «algo» por Scott, pero prefería olvidarlo.
  • Si Scott se hubiera podido casar con Ginevra hubiera repetido un poco el caso de Gerald y Sara Murphy: ella rica y él de clase media con ansias artísticas. Gerald se lo pasó muy bien, pero como pintor no llegó a nada (porque los ricos -que no renuncian a su riqueza- nunca son buenos artistas, les falta verdadera motivación) y acabó trabajando en un despacho.
  • Si Scott hubiera conseguido a Ginevra no hubiera sido escritor. Habría acabado trabajando en el banco de su suegro y hubiera sido un destino más miserable.
  • Y es que las estrellas son y deben ser inalcanzables para sigamos soñando.

Fuentes:
Donaldson, Scott «Hemingway contra Fitzgerald» (1999) y «Ansia de amor» (1983)
__así como de otras variadas procedencias (por ejemplo: la historia del segundo marido de Ginevra puede leerse aquí:
https://www.classicchicagomagazine.com/the-other-pirie-heirs/