Acerca de

Este blog trata de la obra, la vida y la época del matrimonio de escritores estadounidenses Zelda (Sayre) Fitzgerald (1900-1948) y Francis Scott Fitzgerald (1896-1940).

Siento por ellos una mezcla de simpatía y de rechazo. De curiosidad general por las personas y la época. Mi propósito es intentar entender todo ello.

Conclusiones preliminares:

Como dice uno de sus biógrafos Fitzgerald era una persona y un autor que se ha convertido en un mito y un cliché que identifica una época «la era del Jazz», pero mucho de lo que se le atribuye es una simplificación o incluso erróneo.

Como persona fue un ser muy complejo, con muchos problemas, que no pueden ser abordados desde una sola óptica, y ni siquiera es válido analizarlo desde sus escritos: notas, cuadernos, cartas y obra narrativa, porque se contradice continuamente. Hay que hacerlo de forma global, verlo como un todo.

Entrar en la obra y lo que es lo mismo, la vida de Zelda y Scott es absolutamente displaciente. Supongo que le debe de pasar lo mismo a cualquiera que intente hacer esa inmersión, por ello sus biografías acaban siendo muy poco amables. Pienso que estaban muy desequilibrados, muy perturbados, ya por sí solos. Juntarlos era como unir mecha y pólvora. La cerilla fue la época. En cualquier caso juntos o separados hubieran acabado mal los dos. No sé si sufrir unidos sirve de algo, pero merecen compasión, son como esos fuegos artificiales que nos sorprenden y alegran y se apagan de la misma forma sorpresiva.

Creo que Scott es un buen escritor. Pero ha habido otros escritores parecidos y correctos de su época que han quedado en el olvido. ¿Por qué Fitzgerald perdura? No siendo ni innovador, ni vanguardista. Quizá el principal motivo de su persistencia es su identificación clara y total con su época. Pero no creo que eso bastara. Aunque es muchísimo que un solo escritor defina una época. También hay algo que puede pasar desapercibido en una primera aproximación: la densidad. Bajo una aparente capa de superficialidad se esconden mil y un detalles sutiles que nos hablan de muchas, muchas cosas.

Es una lástima que se obsesionara con las novelas (cinco en total) y considerara menores sus relatos, porque a mí Scott me parece mejor cuentista que novelista.

La vida de Scott fue una tragedia: de la gloria apabullante al fracaso más estrepitoso. Tanto en lo físico como en lo literario. Y las tragedias siempre son atrayentes. Pero hay algo singular: en toda su trayectoria literaria, desde el primer momento, Scott ya intuye el desastre. Desde el principio, en todas sus historias está latente que solo hay un único destino; la catástrofe. Ello lo dota de un tipo de intuición singular, visionaria, que es lo que nos conmueve de manera especial.