La década perdida (1939), F.S. Fitzgerald

«La década perdida»

(The Lost Decade)

relato aparecido en la revista Esquire  (dic. 1939)

Francis Scott Fitzgerald

(Cuentos 2 – pp. 711 a 716)

 

Este es un relato brevísimo de seis páginas publicado exactamente un año antes de la muerte del autor.

Estamos en la ajetreada redacción de un semanario. Orrison Brown es uno de los redactores-jefe encargado de las tareas menos agradecidas como atender a toda clase de visitantes.

Louis Trimble, un hombre elegante, pero desmejorado, de unos cuarenta años (Scott, siempre Scott) está de visita y a Orrison le suena, pero no sabe quien es. Le encargan que se ocupe de él, que lo lleve a dar una vuelta y a comer, porque hace mucho tiempo que ha estado ausente: algo más de una década.

Ya en la calle entablan un poco de conversación intrascendente. Orrison piensa que haberse perdido los diez últimos años (los de la Depresión) puede haber sido incluso afortunado. Hablan de arquitectura: el Empire se empezó a levantar en 1928, de restaurantes que estaban de moda y a los que pueden ir. Un escaparate de camisería con sus corbatas llama la atención de Trimble (las camisas siempre han fascinado a Scott/Gatsby). Orrison intenta detectar las señales de Trimble para complacerlo, pero resulta muy disperso en sus recuerdos y en lo que queda de ellos. Hasta que le señala un gran edificio —Sí, lo proyecté yo. Y le muestra la placa de bronce en la base «Construido en 1928». —Empecé a emborracharme ese año. Orrison le ofrece que entren —He entrado muchas veces, muchas. Pero no lo he visto. Le contesta Trimble.

Ahora solo quiere mirar, pasear un rato, ver cómo camina la gente. —No se preocupe, estaré en la redacción a las cuatro. Orrison cae en la cuenta que su acompañante se ha pasado los últimos diez años borracho y necesita tocar algo sólido. Aprieta su pulgar contra el granito del edificio.

Some Sort of Epic Grandeur (1981), M.J. Bruccoli

« Some Sort of Epic Grandeur » (1981)

Alguna clase (Algún tipo) de grandeza épica

—The Life of Scott Fitzgerald—

Second Revised Edition

University of South Carolina Press, 2002,  659 pp.

«I am not a great man, but sometimes I think the impersonal and objective quality of my talent, and the sacrifices of it, in pieces, to preserve its essential value has some sort of epic grandeur.»
F.Scott Fitzgerald

(No soy un gran hombre, pero a veces pienso que la calidad impersonal y objetiva de mi talento, y los sacrificios de éste, en piezas, para preservar su valor esencial tiene algún tipo de grandeza épica.)

Cabría concluir que fuera de la superficial fama de su obra «El Gran Gatsby» y sobre todo gracias al cine, Scott Fitzgerald es un autor que no interesa a los lectores de habla española. Solo así se entiende que no se traduzcan la mayoría de biografías y estudios sobre su obra. Ésta que comento ahora y que creo es muy importante, no lo está y con ello un hay vacío para el público hispano.

Yo diría que las biografías de Scott Fitzgerald lo son de dos tipos básicos: las monumentales y equilibradas como la de Bruccoli, considerado su biógrafo oficial, y las demás. Las otras son obras que dan la impresión de haber sido abordadas desde la simpatía inicial por la obra de Scott y después al ir conociendo datos de su vida, van pasando a la crítica y a la antipatía más profunda. Ya he comentado en otro lugar que el matrimonio Fitzgerald es complicado y difícil de aceptar, pero hay muchos matices a considerar.

Como he dicho esta obra es del tipo monumental. Amplia. Está planteada de forma cronológica. Con numerosos índices y apéndices de gran utilidad. Fotografías poco conocidas (propiedad de Bruccoli) en blanco y negro y en el mismo tipo de papel.  Reproducción de documentos, etc.

El planteamiento es académico sin caer demasiado en las valoraciones personales. Dejando que los datos hablen por sí mismos. Aunque es evidente que la elección de los mismos supone intención.

Bruccoli está especialmente interesado en el Scott escritor, pero su vida y su obra son inseparables, sobre todo en este caso: Scott solo escribía de lo que le pasaba, lo que sentía y lo que pensaba.

Más adelante me iré refiriendo a esta obra. Más que nada si no estoy de acuerdo con algunas de sus conclusiones. Porque las conclusiones siempre son las que queremos que sean.

Mattew J. Bruccoli (Nueva York 1931-Columbia, Carolina del Sur 2009)
Fue profesor de universidad. Especialista en literatura estadounidense. Biógrafo de diferentes escritores, sobre todo de Scott Fitzgerald.

carta a Hemingway (16 julio 1936)

Si hay una carta que pone de manifiesto las características de la desigual relación de amistad entre Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway es ésta que reproduzco. Ya que Scott nunca lo criticó o habló mal de Ernest en sus diferentes escritos. Las circunstancias fueron las que siguen:

Hemingway acababa de publicar en la revista Esquire (1) la historia corta «Las nieves del Kilimanjaro» (The Snows of Kilimanjaro, 1936) en ella reproduce un recuerdo que tiene de Scott

«Recordaba al pobre Scott, que sentía un respetuoso temor por (los ricos), y que una vez empezó a contar un cuento que decía «Los ricos son gente muy distinta. No se parecen ni a usted ni a mí». Y alguién le había dicho. «Claro. Tienen más dinero».

Scott se sintió dolido y le escribió la carta que sigue. Ernest cuando insertó el relato en una recopilación en forma de libro cambio el nombre de Scott por el de «Julian».


carta de Scott Fitzgerald a Ernest Hemingway

Asheville, Carolina del Norte
16 de julio de 1936

Querido Ernest:
Te ruego que no te metas conmigo en letra impresa. Si yo elijo escribir de profundis, ello no significa que quiera que mis amigos recen en voz alta sobre mi cadáver. Sin duda lo dices amablemente, pero me costó una noche en vela. Cuando incluyas el cuento en un libro, ¿te importaría quitar mi nombre?
Es un cuento excelente (Las nieves del Kilimanjaro) —de los mejores que has escrito—, aunque lo de pobre Scott Fitzgerald me la echó a perder.

Siempre tu amigo,
Scott

La riqueza nunca me ha fascinado, salvo cuando se combina con la grandiosidad del encanto o  distinción.

***

Dear Ernest:
   Please lay off me in print. If I choose to write «de profundis» sometimes it doesn’t mean I want friends pray aloud over my corpse. No doubt you mean it kindly but it cost me a night’s sleep. And when you incorporate it (the story) in a book would you mind cutting my name ?
   It is a fine story —one of your best— even though the «Poor Scott Fitzgerald ect» rather spoiled it for me.

Ever Your Friend
Scott

Riches have never fascinated me, unless combined with the gratest charm or distintion.


(1) A veces cuesta seguir el hilo de los sucesos. El relato apareció en Esquire en agosto de 1936, mientras que carta era de julio. ¿Ello supone que Esquire envió a Scott una copia para su aprobación? No sé cómo quedó al final la edición en el magazine por Esquire porque no facilitan su lectura.