Los expatriados y la Generación Perdida – París años 20

Hay un poco de confusión en relación a estas dos denominaciones para referirse a una gran cantidad de artistas que coincidieron en París en los años 20.

Todos eran EXPATRIADOS (que viven por voluntad propia en otro país distinto al tuyo) o EXILIADOS (generalmente por motivos políticos =rusos huyendo de la revolución).

Fue habitual durante todo el siglo XIX que muchos artistas, sobre todo británicos, viajaran y se instalaran en el Sur de Europa, de forma temporal o definitivamente. Por lo general buscando lugares más cálidos, más baratos y más tolerantes en cuanto a las normas sociales (por lo menos con sus visitantes): Lord Byron, Shelley, Elizabeth Barrett Browning (1806-1861) casada con el también poeta Robert Browning, etc.

Los artistas de Estados Unidos no parecían sentir de momento esa necesidad, aunque por supuesto, cualquier persona o familia con posibles debía viajar a Europa para su Gran Tour. Costumbre que se extendió gracias al ferrocarril que facilitaba las comunicaciones. Pero de momento, casi todos ellos volvían a Estados Unidos. Una marcha (hacia 1876) significativa fue la de Henry James (en busca de un ambiente menos puritano y más cultural) que incluso se nacionalizó británico (en 1915). Después siguieron más. Pero la primera guerra mundial marcó un punto importante de inflexión al dar a conocer Europa de miles de soldados americanos.

Los EXPATRIADOS abarca todo tipo de artistas, aunque cuando se unen la expresión EXPATRIADOS Y GENERACIÓN PERDIDA se habla de escritores.

Dentro de los EXPATRIADOS estaban: la propia GERTRUDE STEIN, JAMES JOYCE, SYLVIA BEACH, T.S.ELIOT,  SHERWOOD ANDERSON, etc.

Dentro del grupo de EXPATRIADOS se encontraba un subgrupo que la escritora GERTRUDE STEIN denominó la GENERACIÓN PERDIDA. En una conversación informal Gertrude le dijo a Hemingway que «ellos eran la generación perdida«. Se refería específicamente a escritores estadounidenses cuya juventud coincidía con la primera guerra mundial:

Ernest Hemingway, Francis Scott Fitzgerald, John Dos Passos, John Steinbeck, Erskine Caldwell, William Faulkner, etc. también se incluye a:  Ezra Pound, Djuna Barnes y Dorothy Parker

Dados, nudillos de hierro y guitarra (1923), F.S. Fitzgerald

«Dados, nudillos de hierro y guitarra»

(Dice, Brassknuckles & Guitar)

relato aparecido en la revista Hearst’s International (mayo 1923)

Francis Scott Fitzgerald

(Cuentos 1 – pp. 503 a 540)

 

Hubo un tiempo, quizá a finales del siglo XIX, que la zona costera de New Jersey estuvo de moda (*) y los ricos se construyeron mansiones exquisitas que luego languidecieron lastimosamente, porque probablemente se pusieron de moda otros lugares (como Los Hamptons en Long Island (New York).

Es principio del verano y hace calor. Todo parece amarillo: el paisaje, el sol, el pelo de la chica que se llama Amanthis y que retoza descuidadamente en una hamaca amarilla frente a su apolillada mansión probablemente color amarillo deslucido.

Amanthis por supuesto desconoce que las huestes del Sur avanzan hacia ella en forma del caballero Jim Powell y su escudero o criado negro Hugo. Los intrépidos viajeros conducen desde Tarlenton, Georgia,  un destartalado coche que a cada momento se desmonta de forma literal y por mor de la eficacia del relato se parte en dos delante de la casa de la chica. Se acercan a la casa para pedir que les presten «martillo y clavos» para reparar el auto.

Como corresponde a su condición son extremadamente ceremoniosos y educados, lo que suscita la curiosidad de la muchacha que los invita a comer unos improvisados sándwiches y charla con ellos. Jim, que solo necesita que la luz de sol se refleje en un cabello bonito, se enamora enseguida de Amanthis. Le explica que se dirige a Nueva York para hacer fortuna: piensa dedicarse a taxista con ese mismo coche desmontable.

Avanza el verano en su esplendor y Jim vuelve a visitar a Amanthis para contarle que la aventura del taxi no ha podido ser más desastrosa. Pero tiene varias ideas, la primera: impresionar a la chica abriéndole las puertas de la mejor sociedad de Nueva York y la segunda: cómo hacerlo.

Se le ha ocurrido una idea peregrina que consiste en trasladarse a Southampton (en los Hamptons) al centro de la mejor sociedad veraniega neoyorquina y proponerse para dar clases a los muy jóvenes (ellos y ellas) ricos de: juego (dados), defensa personal (nudillos de hierro), y música (guitarra), así como bailes modernos relacionados con el Jazz, jerga del mismo ambiente… en fin, toda clase de elementos de la modernidad y del submundo ajeno a toda esa juventud ansiosa de participar en el jolgorio actual.

Invita especialmente a Amanthis para que se una al proyecto y así presentarle a lo más granado de las altas esferas, sin decir que proviene de un medio menos afortunado. Esta cosa rara es un éxito y Amanthis triunfa, pero Jim es tratado como un subalterno, poco más que su criado negro y se siente profundamente dolido.

La cosa va viento en popa hasta que se estropea, pero como dicta la narratología clásica, si bien, después del bajón hay el subidón final.

(*)eso fue muchísimos años antes de que Atlantic City se convirtiera en una ciudad del juego de la Costa Este)

Este cuento pone de manifiesto varias circunstancias:

  • la diferencia mental y de maneras entre Norte y Sur,
  • el atractivo de asimilar nuevas costumbres de aire delictivo por colectivos clásicos, puritanos y clasistas,
  • la dificultad de atravesar barreras sociales
  • la sutil diferencia de trato del Sur y del Norte hacia los negros: Sur condescendiente, Norte despreciativo.

Z: The Beginning of Everything, TV serie 2015-17

«Z: The Beginning of Everything»

TV serie
USA 2016

10 episodios de media hora

 

Esta es una serie que puede verse en Amazon Prime. Consta de diez episodios de una media hora cada uno. Es una especie de retrato biográfico de los primeros años juntos de la pareja Francis Scott y Zelda Fitzgerald.
En primer lugar no me parece nada adecuada la elección de Christina Ricci como Zelda. Ni tampoco la del actor David Hoflin como Scott. Son profundamente antipáticos los dos.
Aquí se trata se sugerir que el verdadero genio literario de la pareja era Zelda, cuyas ideas eran copiadas de forma inmisericorde por Scott. A él lo pintan de la peor manera posible restándole cualquier posible brillo personal.
Sin duda fueron una pareja con sus luces y sus sombras, pero quitarle todo el mérito a él para dárselo a ella es de las cosas más estúpidas que he visto últimamente. Demuestra una observación superficial de los hechos, un presentar las cosas tal y como el público de hoy en día quiere que sea (el genio era ella) y por supuesto una falsedad total.
A mí que soy una fan del Scott Fitzgerald escritor, este retrato que le hacen me parece falto de matices y de realidad, pero que me costará sacarme de la cabeza.
(comentado en 1-3-2017 en otro lugar)
(29-8-19) La serie se rodó con ciertas dificultades: el episodio piloto fue en 2015 y el resto en 2017. Esta primera temporadas termina de forma que permite la continuidad de la serie, pero no veo que la hagan rodado, ni lo estén haciendo. No sé si tendría el valor de volver a verla de nuevo más adelante.