París era una fiesta (1964), Ernest Hemingway

«París era una fiesta»

(A Moveable Feast, 1964)

Ernest Hemingway (1899-1962)

Bib. Breve Seix Barral, 1971, 208 pp.

 

Éste es un libro que he leído varias veces y siempre me sorprende encontrar cosas nuevas.

No soy una fan incondicional de Hemingway y al paso que voy no lo seré en absoluto. No me gusta su pasión por la caza, su afición por la bebida y su fanfarronería (todo ello está en sus libros de forma intensa). Su convicción de que la vida está fuera de nosotros: en la acción. Además siempre se ha dicho que está muy mal traducido en español y por lo que leí en el cuento del gato (Cat in the rain), aún sigue mal traducido.

«París era una fiesta» lo leí supongo de cuando tengo el libro, 1971 y me gustó más o menos, me quedó la idea de que era un jactancioso, petulante y perdonavidas. Siempre temo volver a leer un libro del que tengo un buen recuerdo y darme cuenta que ya no está aquello que encontré. Afortunadamente, éste no es el caso. Me he quedado francamente sorprendida al descubrir varias capas de lectura en las que ni siquiera pude pensar en la primera ocasión.

Un jovencísimo Hem en su foto de pasaporte de 1923

Quizás entonces me fijé sobre todo en lo que contaba Hemingway, que por otro lado al ser autobiográfico es muy interesante. Ahora me he dado cuenta que, todo lo que cuenta de los demás, no es más que un reflejo de lo que era él mismo y lo más importante, lo que quería ser. En cada capítulo se delata, en su condescendencia hacia Fitzgerald, al que deja como un trapo. O en su incapacidad para administrar amistades como con Gertrude Stein. También encontramos su preocupación por el estilo, por encontrar su propia voz. Bastante ironía y algo de humor negro. Su remordimiento por abandonar a una esposa que quería. Su masculinidad que parece algo que deba ejercitarse y practicarse, no como algo natural. Cuando se ve a sí mismo como hombre, se le cae la baba.

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Me sorprendió cuando en unos atentados en París se reivindicó a este libro como muestra de un París idílico, porque como hacía Hemingway y todos los demás estadounidenses veían a un París sin franceses, lo cual es singular. Solo se trataban entre ellos. Además el título en español y en francés falsifica el original en que que no se nombra a la capital francesa

«Ya sabrás que la felicidad es una fiesta movible« (moveable feast) *
(* pág. 61«Al otro lado del río y entre los árboles«-Across the River and into the Trees, 1950)
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Hay que fijarse en la fecha de publicación 1964. Una fecha muy lejana a los hechos narrados. Scott Fitzgerald ha muerto en 1940. Gertrude Stein en 1946 y su autobiografía de 1933 no retrata con especial compasión a Hemingway (por lo que él también se venga).
Aunque a lo largo de este blog trataré seguramente con más extensión el tema HEMINGWAY VS FITZGERALD conviene tener en cuenta que cuando los dos autores se encontraron por primera vez en París en 1925 Hemingway era un desconocido escritor que trabajaba para un oscuro periódico canadiense y Fitzgerald había triunfado plenamente. En esas circunstancias Scott lo apoyó por completo y lo recomendó de forma entusiasta a su editor Max Perkins que acabaría publicándolo. Después se invertirían las tornas y Hem estaba arriba y Scott abajo. Después de tantos años y con un Nobel bajo el brazo desde 1954 Hem podría recordar con más cariño esa relación, cuando siempre, siempre, Scott solo tuvo buenas palabras para él.
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