«El último magnate»
(The Last Tycoon)
Elia Kazan
USA 1976
Hacía tiempo que no veía una película con tantos talentos dentro y que fuera tan mala. No me lo explico. Fue la última cinta del gran director Elia Kazan (67 años), así que igual estaba muy enfermo, pero no, murió en el 2003.
Basada en la novela de F. Scott Fitzgerald y con guion de Harold Pinter. La historia está inspirada en el productor del Hollywood clásico Irving Thalberg hacia los años 30.
En el filme vemos un estudio de cine dirigido por un carismático productor, Monroe Stahr (Robert De Niro) perfeccionista y demasiado hermético, cuyas andanzas son contempladas con suspicacia por los dueños del estudio (Robert Mitchum, Ray Milland) que se resignan ante el rotundo ojo clínico para el éxito del productor. Mientras, vemos por un lado cómo Monroe pone orden en las escenas de una película que están rodando con Tony Curtis y Jean Moreau, reflejando ese mundo de Hollywood ya perdido, pero por otro lado, vemos cómo la propia película de Kazan se desmorona en una colección de escenas indignas del gran director.
Se supone que la película que ruedan dentro de la película con Tony Curtis y Jeanne Moreau es una especie de Casablanca, pero en realidad es como un engendro horroroso en el que los dos actores están espantosos y lo hacen peor que si hicieran una parodia.
Monroe se mueve entre dos féminas, Theressa Russell y Ingrid Boulting, entre las cuales es difícil definir cual lo hace más mal y qué pintan esas dos relaciones absolutamente indigestas en la historia. Monroe se enamora de Kathleen (Ingrid) como el que se enamora de un cuadro y quiere tenerlo. Ella es la cosa más mona y sosa que pueda imaginarse, y la relación que tienen lo más enervante que pueda soportarse.
Hacia el final aparece Jack Nicholson como un representante sindical, en unas escenas mal planteadas y peor resueltas. Cabe decir que Robert De Niro es el que sale mejor parado de todo este desastre, en el que parece que los actores no saben ni donde están, ni para que los han contratado. Lamentable punto y final para la carrera de Elia Kazan.
